miércoles, 11 de enero de 2006

Jorgito E.R. (Parte II)

Es increible la velocidad con la que funciona la mente humana. Si la comparásemos vulgarmente con un procesador de computadora, creo que tendríamos que poner no pocos Pentium IV en paralelo o de plano inventar uno muchísimo más cabrón por que simplemente los humanos no hemos encontrado la capacidad de reproducir nuestra actividad racional en una máquina. Ah pero como somos buenos para inventar pendejadas como el XBOX y la pornografía... El caso es que en medio de aquel pandemonium de caos donde nos encontramos de pronto mis primitos, la otra doña y la interfecta golpeada en cuestión, vino a mi mente otro episodio de mis peculiares anécdotas.

Me transporté de inmediato hasta más o menos el año 1994... o 95 tal vez; en uno de tantos viajes de adolescencia a Cancún donde me había ocurrido algo similar. Estábamos en medio de un balneario llamado Wet 'n Wild ahí en el hermoso Caribe Mexicano, ya saben, uno de esos donde hay toboganes y donde te avientas gritando como loco rezando para que no te partas la mandarina en gajos a la hora de aterrizar en la piscina. Y ahí anduve dando rienda suelta a mi eterna niñez con mis hermanitas, primos y primas a todo dar paseándonos por todos los juegos habidos y por haber cuantas veces se nos pegó la gana.

De repente, a mitad de una mordida de deliciosa pizza, me vino como por arte de magia una hemorragia nasal causada por tanto y tanto sonarme la nariz gracias a mi siempre fiel alergia maldita que un par de días antes había ocasionado que me saliera intempestivamente de Xcaret sin haberme bañado con los delfines. Pues dió la casualidad de que andaba con la misma Tía que es madre de los primitos con los que iba al beisbol, o sea, la Doctora. Ella y su esposo que también es doctor, hicieron que me recostara sobre el piso haciendo presión con sus dedos en la parte superior de la nariz mientras pedía poco de hielo para enfriar la zona en cuestión deteniendo en breves instantes la hemorragia.

Entonces... regresando al campo de Beisbol donde nos encontrábamos (por que aun no sé como llegué a Cancún) más rápido que en caliente me acerqué a la accidentada pidiéndole que se recostara y sacando mi pañuelo de la bolsa ejercí presión en su nariz para detener la hemorragia mientras mandé a los rapazuelos -mis primitos- a conseguir hielo de ipsofacto, o sea, en chinga.

Total que en lo que llegaron los re-cabroncitos se había detenido un poco el sangrado y para cuando llegó el esposo de la señora peloteada, la cargó y se la llevó muy seguramente a la sala de urgencias de algún hospital. Y ahí quedó Jorgito sorprendido de las acciones que había tomado y sin pensar siquiera que había sido capaz, no solo de ver sangre, sino de acercarse a un accidente y ponerle una solución lo antes posible. Digo; para algo sirven las experiencias verdad?

Así que, damiselas del mundo, ni teman ni se acongojen cuando anden solas con Jorgito por que andarán protegidas. No seré George Clooney, ni andaré con bata azul paseandome por los pasillos de una sala de urgencias... Me pregunto si actuaré de igual manera a la hora que me toque ser padre y mi esposa ande gritando que la lleve a la sala de urgencias... sin embargo, pregúntome mientras tanto... ¿Y a mi quien me va a cuidar?

Status: pensándolo bien... pude haber sido buen médico
Escuchando: I'm only human; Human League

4 comentarios:

Flacoman dijo...

Pos claro que esta ud invitado mi estimado, y si conoce ud mas bloggers que se quieran apuntar por favor aviseles.

Gracias por la visita :) me ha gustado su blog (sobre todo las verdades en contra de las mujeres al volante jejeje), permitame agregarlo a mi lista de blogs yucas :)

Saludos!

Jorgito dijo...

Hay más de las mujeres... es nuestro tema favorito... we love's them, we likes them, they are our precious!

(menos cuando sacan las uñas)

Anaita dijo...

yo te cuido.

aun cuando asegures q no se manejar.

Jorgito dijo...

Ups... y quien me cuida de que no sepas manejar :S