viernes, 4 de noviembre de 2005

Jorgito Musical

¿Y de donde salió el deseo por una batería? ¿acaso fumó mota nuestro prospecto de escritor? No... eso únicamente ha sido en 2 ocasiones. Yo soy un niño sano, digo no a las drogas pero si al trago. Me volveré a subir a mi avioncito del pasado. Ya está bastante traqueteado pero como siento que hacía falta una explicación y no tengo muchas más cosas en la cabeza, viene.

Me voy a remontar de nuevo más o menos hasta la época de mis años de secundaria, 93, 94 más o menos... para esas fechas, mi primo Cesar, un año mayor que yo y ahora damnificado de Wilma, era un destacado alumno de música en la escuela principalmente, con el piano. Mi tía le compró un teclado y como Jorgito no pudo quedarse atrás, le pidió a su pobre y abnegada madre que le comprara uno a el también. Nada más que... para cuando yo tuve mi primer teclado, aquel ya andaba en su segundo y más avanzado que el mío. Y como eramos pobres, pos me quedé con el que mi linda madre había comprado. Su destino? ahi anda en mi recámara como recuerdo electrónico de que algunas cosas nada más no me salen. Resultado? puedo leer una partitura, conozco un pentagrama y su simbología; pero jamás pude tocar con las 2 manos... algún día lo encenderé de nuevo (y a ver si es que enciende, pa' empezar).

En la Prepa, ambos primos siguieron su camino dentro de su respectivo ámbito cultural. El participaba en casi cada tocada que se realizaba y yo me metía a cuanto torneo de ajedrez se llevara a cabo. En una ocasión me entregaron un reconocimiento por haber ganado el 3er lugar estatal a nivel preparatorias (mi máximo logro ajedrecístico) y el era quien amenizaría la velada tocando el piano. Memorable, el laureado por su música y yo por mi cheto. Después de ese re-encuentro y cada que mi papá me prestaba el New Yorker , le servía de Ingeniero de Audio y cargador de instrumentos para sus tocadas en tantos y tantos bares y fiestas privadas en la ciudad de Mérida; era un billete y a su servilleta nunca le ha costado trabajo hacer cualquier cosa con tal de ganarse unos centavos. Incluso, al final de la noche que los parroquianos andaban medio tomados y ya ni se daban cuenta de lo que escuchaban, Jorgito solía echarse un palomazo junto con La Geisha, el vocalista de aquel entonces (un sujeto de 1.80m con pelo largo; hence: La Geisha). Recuerdo el primer sencillo que nos iba a lanzar al estrellato:

You are, mi fire
The one, desire
Believe, when I say
I want it that way

Dentro del repertorio de los palomazos están incluidas muchas rolas de los Beatles por la similitud de mi voz con la de John Lennon (aha), alguna que otra de rock mexicano en español y las de José José también por mi similitud pero física, jeje. Y como olvidar las serenatas... hay una canción que nos sale bien a Cesar y a mi, "Starting Over" de John Lennon... en otro buen día de esos que no creo volver a repetir nunca jamás a menos que esté borracho, fuimos a llevarle serenata a una vecina, el con la guitarra (ah si, le hace más o menos también a la lira) y yo cantando... aunque, otro día les cuento el resultado de dicho evento.

Pero ¿y ser baterista de donde? Bueno... en una de tantas fiestas en casa de alguno de los músicos, recuerdo que el baterista con el que andaban ensayando, se emborrachó y quedó en condiciones desfavorables para manejar el instrumento; pero como había niñas que querían escuchar la entonces popular canción de "Mi historia entre tus dedos", tomé envalentonado las baquetas y me dije a mi mismo "cuanto más difícil va a ser esta madre?". Resultado? mi primo, para entonces ya un reconocido miembro de la escena musical meridana, quedó asombrado de lo bien que lo hice para nunca antes haber tocado la batería. Me salió bien, con sus remates y todo el pex. Algún día me compraré una para aprender otro hobbie.

Y así pasaron los años. Hoy aquel tiene un teclado que casi casi habla y cuesta varios miles de pesos y yo me dediqué a trabajar como un simple mortal y me olvidé de la escena musical como profesión. Únicamente canto para eventos culturales, serenatas inmerecidas y karaoke's donde luego acabo cantando canciones que no son de mi tono de voz, pero por no quedar mal con las niñas, voy y las mal canto como sea. Ah y todos los sábados canto en la regadera para deleite de mis vecinos y parientes. Lo hago mal? lo hago bien? no sé... me consolaré tontamente diciéndome que lo hago y que con eso basta.

Status: ya empezaron a llegar los regalos, jeje, no se queden atrás!
Escuchando: Solo pienso en ti; Miguel Bosé

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