martes, 11 de octubre de 2005

El New Yorker


Ahora si... pudimos encontrarnos con una foto verdadera del automóvil en cuestión. Nada más y nada menos que un Chrysler New Yorker modelo 1983, color verde-azul metálico, ¿y que es esa mae de verde-azul? pos es que depende a que hora lo vieras, si era de día, se veía verde; y si era de noche, se veía azul. Era un auto chocolate, o sea, no tenía papeles, pero no sé como tenía placas de Yucatán... pero esa es otra historia. Con ese coche me enamoré del poderoso pero económico motor 2.5 litros de 4 cilindros de los Chrysler K del 84 en adelante.

Pero... este es 83, no? ah si... pero dicho vehiculito tenía una particularidad: tenía el motor de un Shadow 92... en pocas palabras... volaba. Mi padre, tuvo a bien levantarme temprano todos los domingos para que en lugar de ver a Chabelo como todos los niños, me pusiera a ayudarle a hacer talacha mecánica; de ahí es como aprendí muchísimo; pero luego hablamos de mi padre y sus enseñanzas, es harina de otro costal. De ahí me enteré, que un día se desbieló el New Yorker y como era gabacho, pos no había refacciones y hubo que hacerle un transplante de alma para que volviera a funcionar. Uts, no tengo que decirles las divertidas que me daba cuando, ya un poquito más grandecito, sacaba el cochecito a dar un choco-rol; nada más, que ya había aprendido lo suficiente como para saber que no debes dar vueltas a lo pendejo si vas a exceso de velocidad.

Aquella foto me trae buenos recuerdos, habrá sido el año de 1995 si no me falla la memoria, estábamos en San Crisanto o en Chabihau, un puerto de la Costa Oriental Yucateca. El ancianito (con todo respeto) que aparece de espaldas es mi difunto Tío José, de quien ya hablé hace algunos meses. Aquel día habíamos ido a pintar un barquito que era de mi Papá; se había dedicado por aquel tiempo a invertir y hacer negocio con la pesca del pulpo por estos lugares y pos ahí habíamos estado toda la mañana pintándole matrícula y nombre al Santa Alicia... de hecho, aun conservamos los chalecos salvavidas que equipaban el barquito... otro día les cuento un cuento de pesca... Al final de la jornada ardua de trabajo nos fuimos a comer a un restaurant que mi tío le llamaba "la palapita"; nada más que era una palapa gigantesca y se comía pescado frito y mariscos a todo dar. ¿Verdad que desde los 16 años me veo como un buen niño?

El queridísimo New Yorker encontró su fin en un accidente de tránsito... lo iba manejando mi Papá y un pendejo se voló el alto y le destrozó por completo el frente; se acabó el invento y nunca pudo quedar bien de nuevo. Le pagaron los daños y con ese dinero se compró otro coche... pero para eso, yo ya tenía al personaje de la historieta de mañana.

De hecho... ahorita que me acuerdo... tengo una aventura con el New Yorker digna de un Jorgito's X Files... que será contada solo a petición de uds. respetables lectores... en la anterior hubo drogas... que creen que haya en esta???

Status: con un chingo de chamba!, esto fue un post al vapor
Escuchando: Love's theme; Barry White (excelente tema para manejar)

No hay comentarios.: